2016-07-31 TASKHENT – DUSAMBE
Hoy empieza un nuevo viaje para mi, ya que a partir
de hoy y hasta dentro de 6 días, estaré solo para enfrentarme a las montañas de
Pamir.
Tenia intención de salir temprano del hotel pero
debido a que he tenido que rehacer el equipaje y reubicar algunas cosas en la
moto, he salido como todos los días, hacia las 9 de la mañana a pesar que tenia
por delante casi 500 Km. y el cruce de frontera entre Uzbekistán y Tayikistán.
El desplazamiento entre Taskent y la frontera ha sido
lo normal en Uzbekistán, lento por el estado de la carretera y con bastante
trafico.
En este trayecto he tenido el primer susto de este
viaje. Se me ha encendido en el cuadro de instrumentos la luz de presión baja
de ruedas. Me he imaginado que habría pinchado pero he ido a un taller he
hinchado la ruda trasera y en todo el día no se ha vuelto a repetir.
Estaba temeroso de cómo iba a resultar la salida de Uzbekistán
ya que la entrada no fue muy sencilla pero al llegar a la verja, un soldado me
la ha abierto inmediatamente y me ha señalado una oficina a donde ir. Un único
policía me ha hecho todo el papeleo y después el consabido registro de la moto.
En total una hora. Incluso me ha parecido una maravilla.
En la frontera de Tayikistán, otro tanto. Un policía
para el papeleo, registro de la moto y adelante. Otra hora. Aunque esta vez me
han pedido 10$ como impuesto de circulación. Cuando iba a pagarlo, un camionero
se a adelantado y ha pagado 50$ por el mismo concepto y el billete ha ido
directamente al bolsillo del policía. Cuando he ido a pagar yo, solo tenia 7$ o
un billete de 100$ y viendo el destino del dinero, no he hecho ningún esfuerzo
de cambiar el billete de 100, por lo que mi impuesto se ha quedado en 7 y ha
tenido el mismo destino.
Esto del control de las fronteras debe de ser
contagioso, ya que donde pasas relativamente bien en una en la de la lado
también pero si en una vas mal en la otra también. No lo entiendo.
Tayikistán me ha recibido con una magnífica
carretera, buen día y precioso paisaje. El cambio de moneda que he hecho en la
frontera ha sido mejor de lo que yo tenia apuntado. No podía pedir mas.
En este tramo de ruta hasta Dusambé, tenia un punto
que me tenia preocupado, el famoso túnel de Anzov o túnel de la muerte, como es
conocido localmente. Es famoso porque se encentra a 2.700 m. de altitud, tiene una longitud de 5 Km., totalmente a
oscuras, sin ningún tipo de ventilación y con unos charcos enormes en su
interior, o eso creía yo.
En previsión a todo ello, yo le había instalado a la
moto un segundo juego de focos, para poder ver bien.
En cuanto he llegado a la boca del túnel, me he dado
cuenta que han arreglado el pavimento con una magnífica capa de cemento pero el
resto sigue igual. Hay una neblina en su interior impresionante debido a la
alta contaminación existente, no hay una sola luz y algún que otro lugar para
parar pero yo me he encontrado en su interior un tráiler averiado sin ninguna
luz de señalización, dos camiones que habían chocado y uno había perdido parte
de la carga, todo ello únicamente iluminado con el foco de la moto, para eso
los coches adelantando derecha e izquierda por entre los camiones parados. Toda
una experiencia pero el mito de Anzov, va caiendo.
A la salida, la carretera empieza a bajar
vertiginosamente hasta llegar al fondo del valle y enseguida ya se encuentra Dusambé.
Gracias a que la carretera seguía siendo estupenda pero al cabo de un rato me
he encontrado con una serie de desprendimientos recientes que han tenido la
carretera cortada durante un par de días. Menos mal que cuando he llegado ya
habían habilitado en algunos tramos un carril para poder pasar, eso si, con
unos charcos de un tamaño considerable en longitud y profundidad.
En ese momento es cuando me he fijado en el enorme
caudal que llevaba el rio, cosa que me ha preocupado, pensando en los vadeos de
Pamir.
Llegada al hotel y a descansar, que mañana empieza
las estibaciones del Pamir.
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