2016-07-24 MASHHAD – ASJABAD
La etapa de hoy era relativamente corta, 280 Km.,
pero teníamos entremedio la frontera entre Irán y Turkmenistán.
La ruta ha ido perfecta en cuanto a trafico,
temperatura y calidad de la carretera. En este punto quiero comentaros una vez
mas la hospitalidad iraní.
Ibamos por la autovía a unos 120 Km/h. y se pone un
coche a nuestro lado, muy pegado. Al principio nos hemos asustado por lo pegado
que estaba pero únicamente quería regalarnos una botella de agua congelada. Se
lo hemos rechazado pero aun así ha insistido y se ha ido saludándonos y
diciéndonos “bien venidos a Irán”. Impresionante.
Hemos seguido con nuestra ruta hasta un cruce donde
nosotros teníamos que coger la desviación hacia la izquierda. En ese momento, toda
la circulación a continuado hacia la derecha y nosotros nos hemos quedado solos
por una carretera de montaña. Cuando digo solos, es que éramos los únicos que
andábamos por esa carretera, ningún coche en sentido contrario, ni a favor. Así
durante 45 Km. A habido un momento que hemos empezado a preocuparnos pero hemos
continuado ya que a lo lejos, en un collado, veíamos unas edificaciones, que
efectivamente, han resultado se los edificios de la frontera.
Una vez en la frontera, hemos visto que éramos las
únicas personas que estaban intentando cruzarla de un lado a otro. La verdad es
que imponía un poco.
La policía iraní muy simpática nos ha facilitado
bastante todo el tramite, incluso el sellado del carnet de passages. En 20
minutos estábamos en disposición de salir de Irán. Ha tenido que venir un
policía para abrir la valla de paso que estaba cerrada con un candado. Hemos
mantenido la conversación recurrente en estos lugares que es el futbol. El Real
Madrid y el Barça. Por las opiniones que hemos recibido tiene una ligera
ventaja en cuanto a seguidores el Barça.
Después de reinos de Ronaldo, Messi y compañía, nos
ha deseado buen viaje y para adelante.
Pero al igual que en la frontera de Turquía e Irán,
aquí faltaba la entrada en Turkmenistán.
Nosotros nos las prometíamos felices ya que teníamos
el visado y ya habíamos pagado para este momento 20$ en Ankara y 110$ en
Mashhad.
La frontera de Turkmenistán esta totalmente
militarizada y en cuanto hemos llegado a la primera caseta de control, nos ha
salido un soldado para indicarnos donde deberíamos de aparcar la moto y a donde
deberíamos de dirigirnos con toda la documentación.
Bien, pues dentro del edificio donde nos habían señalado
nos hemos dirigido a la única ventanilla abierta. El soldado que allí estaba a
cogido los pasaporte con semblante muy serio y después de mirarlos y
remirarlos, no manda a una puerta contigua a hacer un pago. La puerta estaba
cerrada y nos señalan un timbre para que toquemos. Después de 15 minutos, viene
una señora, bien entrada en kilos, con el
mismo semblante que el soldado, abre la puerta, y era una diminuta
oficina donde justo entraba una mesa. No se para que nos decía el soldado que
insistiéramos en tocar el timbre durante 15 minutos en una ofician tan pequeña.
Bueno, pues nada mas sentarse, nos pide 5$. Nosotros
solo teníamos euros y riales y nos dice que era un gran problema. Menos mal que
en ese instante entra un señor de paisano y nos dice que no hay problema y que
continuemos con el papeleo. La señora nos da un papel como si ya hubiéramos
pagado y volvemos a donde el soldado. No sella los pasaportes y adelante.
Eso creíamos nosotros.
Para empezar, nos separan. A Arantza le hacen ir por
una puerta y a mi me sacan del edifico y me llevan a otro ha seguir con los papeleos.
No me voy a extender en este tema pero ha sido un
viacrucis. He pasado por 6 despachos, rellenando diferentes impresos. En todos
me pedían, pasaporte, documentación de la moto, carnet internacional de
conducir, etc. Si llevaba alimentos, pornografía, medicamentos, etc.
Con todo terminado, ha vuelto a parecer el primer
señor de paisano, me ha llevado a su despacho y me ha pedido 91$, que los he
pagado en euros y me ha devuelto en dólares y me ha dicho que ya podía
continuar.
Pues ni aun así.
Todavía quedaba el registro de la moto por parte del
ejercito.
Ha sido un registro superficial pero también
rellenando mas impresos.
Cuando un oficial estrellado y con galones, me ha
dicho con una ligera sonrisa que podía continuar, he salido del edificio con la
moto, me he reencontrado con Arantza y rápidamente hemos salido del recinto. En
total 2 horas y ½, para entrar en Turkmenistán.
Ya en la carretera continuábamos solos pero ahora,
con vallas y alambradas en derecha e izquierda, cámaras y torres de vigilancia
y ni un solo coche.
Verdaderamente nos hemos empezado a preocupar ante
semejante soledad y ante la sensación de sentirnos observados. Así durante unos
20 Km. donde nos hemos encontrado con una valla cerrada con un candado que
cortaba la carretera, y una oficina a un lado. Nos han hecho enseñar otra vez
toda la documentación, firmar unos impresos, que Dios sabrá lo que hemos
firmado y entonces han abierto el candado, la valla y por fin nos hemos sentido
un poco mejor, sin la sensación de vigilancia ya que no había ni vallas, ni
cámaras, ni nada.
Pero seguimos solos. Otros 15 Km. de soledad, aunque
en este caso, nos hemos cruzado con un coche y hemos llegado a Asjabad a las
14h.
No se si era por la hora, porque era domingo o por
que, seguíamos solos. Avenidas de 6 carriles y solos nosotros. Que conste que
no estoy exagerando nada. Nos hemos llegado a preguntar si habría ocurrido algo
serio y no nos abrimos enterado. Era como en las películas de miedo. Avenida
tras avenida y solos, ni un coche. Era sobrecogedor. Edificio de mármol blanco
impolutos, mezquitas de cúpulas doradas, parques impecables, rascacielos de
diseño súper modernos y nosotros solos. Ni un solo coche. No se ni paraqué
respetábamos los semáforos.
Hemos llegado al hotel que habíamos elegido y éramos
los únicos en la entrada del edificio y todo cerrado. Cuando nos hemos acercado
para ver si verdaderamente estaba cerrado, se han abierto unas enormes puertas
automáticamente y por fin hemos visto a una persona.
Nos hemos acomodado en una habitación y hemos estando
descansando un rato y posteriormente hemos vuelto a salir para dar una vuelta
por la ciudad. Por fin había algunos coches y gente por la calle pero después
de ver lo que nos ofrecía la ciudad en cuanto a restaurantes y bares. Nos hemos
vuelto al hotel donde después de 20 días hemos podido saborear una buena
cerveza, carne de ternera y un café. Era el paraíso!!!.
Lo único que al ser uno de los países con menos
libertad de presa del mundo, no tenemos ni Facebook, ni WhastApp, ni Instagram,
ni nada de nada. Ya intentaremos mandaros las crónicas desde Uzbekistán.

No hay comentarios:
Publicar un comentario