2016-08-12 KARIMABAD – NARAN
Hemos salido del hotel sobre las 9,30 de la mañana y he continuado
sorprendiéndome con las maravillas de la naturaleza que veía en cada curva.
Primero ha sido en encontrarnos en el punto donde se unen las
cordilleras del Hindukus, Karakorum e Himalaya. Después el ver al fondo de un
valle, el primer 8.000 de mi vida, el Nanga Parbat.
Pero se acercaba el punto critico del día de hoy, que era el cruce
de la carretera por la que yo no quería ir. Y mis presagios, se han hecho
realidad.
En el puesto de control de la policía, había un 4X4 con una
ametralladora y 4 soldados armados. Hemos pasado el control de pasaportes pero
el jefe del puesto nos ha dicho que no nos dejaba pasar sin escolta policial.
Os podéis imaginar como me estaba poniendo yo de mala leche.
Yo he insistido en cambiar de carretera pero mis compañeros han
preferido continuar con su idea. Hemos tenido que esperar media hora hasta que
ha aparecido nuestra escolta policial, por llámalo de alguna manera. Era un 4X4
con un escuálido soldado desarmado y con el coche cargado de tubos de pvc.
Parece una broma pero no lo era.
Con esa escolta nos han dado paso y el soldado del coche nos ha
dicho que fuéramos delante. Lógicamente, a la tercera curva lo hemos perdido de
vista ya que no podía seguirnos.
Lo que ninguno sabíamos era lo que nos esperaba en la cima del
puerto.
Después de subir, desde los 1.400 m, por un estrecho valle hasta
los 4.100 m., donde estaba el puerto, nos hemos encontrado con centenares de
personas celebrando el día de la independencia de Pakistán, que en realidad es
el día 14, con música fuertísima, bailes, barbacoas, etc.
Cuando hemos llegado, ha sido una locura. Toda la gente a nuestro
alrededor sacándose fotos, agarrándonos del cuello, intentando subirse a la
moto, hasta que ha llegado la policía y nos han hecho un cordón de seguridad
para que pudiéramos bajarnos de las motos e ir al control de pasaportes,
mientras dos policías se quedaban custodiando las motos. Increíble!!!.
Como de costumbre, saludos de los policías, nos invitan a sentarnos
y a tomar te, etc.
Una ve visto el festival que había en el puerto, me he relajado de
la tensión que traía en la subida y he podido disfrutar de un paisaje
maravilloso, con una carretera magnifica y toda la gente saludándonos.
Al final nos hemos instalado en un hotel de Naran, donde después de
la correspondiente ducha, nos hemos ido a cenar a un restaurante del pueblo.
Cuando hemos entrado, todo el mundo nos saludaba porque la mayoría
estaba en el puerto de montaña. Una pasada la simpatía de la gente.
Aunque dicen que esta bien lo que bien acaba, creo que la decisión
en sí de cambiar de ruta, me sigue pareciendo una temeridad.
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